Capra hircus

Capra hircus: La Cabra Doméstica, Ungulado Adaptable con Impacto Socioeconómico y Ecológico

La Capra hircus , conocida como cabra doméstica, es un mamífero rumiante domesticado a partir de la cabra salvaje ( Capra aegagrus ) hace millas de años. Es una de las primeras especies animales en ser domesticadas y se ha adaptado a una amplia variedad de climas y terrenos, siendo un pilar económico en muchas regiones del mundo, incluyendo Chile, pero también un agente de transformación ambiental.

Características clave:

• Morfología: Extremadamente diversa debido a la cría selectiva. Generalmente, tienen un cuerpo compacto, con pelaje que varía en color, longitud y textura (desde corto hasta largo y lanoso). Ambos sexos pueden tener cuernos (a menudo curvados hacia atrás o en espiral) y una barba o "perilla". Las hembras (cabras) y los machos (machos cabríos o chivos) tienen pezuñas hendidas.

• Hábitat y Distribución: Globalmente distribuida, la cabra doméstica se cría en casi todos los ecosistemas terrestres, desde desiertos y zonas áridas hasta montañas y matorrales. En Chile, la ganadería caprina es tradicional en zonas semiáridas del norte y centro (regiones de Coquimbo, Valparaíso) y en zonas montañosas, adaptándose a condiciones de escasez de agua y vegetación.

• Ecología y Comportamiento: Son herbívoros ramoneadores, lo que significa que prefieren arbustos, hojas y brotes sobre los pastos, aunque también consumen una amplia variedad de vegetación. Son animales gregarios, viviendo en rebaños. Su comportamiento de búsqueda de alimentos es muy exploratorio y son capaces de escalar terrenos rocosos y escarpados. Su alta resistencia y adaptabilidad a condiciones difíciles las hacen valiosas para la subsistencia en ambientes marginales.

• Impacto y Relevancia (Chile): En Chile, la cabra doméstica es fundamental para la subsistencia de las comunidades rurales, proporcionando carne, leche, queso y lana. Sin embargo, su presencia y manejo, especialmente en altas densidades o en régimen de libre pastoreo, pueden tener importantes impactos ecológicos en ambientes frágiles:

  • Sobrepastoreo y Erosión: Al ser ramoneadoras, pueden consumir la vegetación arbustiva y arbórea joven, impidiendo la regeneración de bosques y matorrales. Su pastoreo intensivo y el pisoteo contribuyen a la degradación del suelo y la desertificación, especialmente en zonas semiáridas.

  • Competencia: Compiten con herbívoros nativos por recursos, y su capacidad de acceder a terrenos difíciles las hace eficientes en la explotación de recursos.

  • Alteración de Hábitat: Su presencia puede modificar la estructura de la vegetación y los procesos ecológicos. La gestión sostenible de la ganadería caprina, que integra las necesidades de las comunidades con la conservación de los ecosistemas, es un desafío clave en las regiones donde se practica esta actividad.