Ochetorrhynchus melanurus

Nombre común: Chiricoca

Imagen de Chiricoca

La Ochetorhynchus melanurus , común conocida como colaespina de cordillera o colilarga, es un ave paseriforme endémica de la Cordillera de los Andes de Chile, perteneciente a la familia Furnariidae. Es una especie especializada en ambientes rocosos de altura, donde su presencia es un indicador de la salud de estos frágiles ecosistemas montañosos.

Características clave:

  • Morfología: Es un ave pequeña (longitud de 14-16 cm), con un cuerpo compacto y una cola relativamente larga y puntiaguda, que a menudo mantiene erguida. Su plumaje es predominantemente pardo-grisáceo en el dorso y la cabeza, con un tono más claro en el vientre y la garganta. Posee una notaria ceja (superciliar) clara que contrasta con una línea oscura a través del ojo. Su pico es fino y ligeramente curvado. A menudo se le confunde con otras especies de colaespinas, pero se distingue por su coloración y hábitat específico.

  • Hábitat y Distribución en Chile: La colaespina de cordillera es endémica de Chile y se distribuye en la Cordillera de los Andes desde la Región de Coquimbo hasta la Región de La Araucanía. Habita exclusivamente en ambientes rocosos de altura, como laderas rocosas, quebradas, acantilados y campos de bloques, generalmente por encima de los 1. 500 metros sobre el nivel del mar. Requiere de la presencia de vegetación arbustiva baja y pastizales cercanos para alimentarse.

  • Ecología y Comportamiento: Es un ave insectívora, alimentándose principalmente de insectos y otros invertebrados que busca activamente entre las rocas, grietas y la vegetación baja. Es un ave activa y curiosa, que se mueve ágilmente por el terreno rocoso. Su canto es una serie de notas agudas y repetitivas. Nidifica en cavidades y grietas de las rocas, lo que le proporciona protección contra depredadores y las inclemencias del clima de altura.

  • Estado de Conservación y Relevancia: A nivel nacional en Chile, la colaespina de cordillera está clasificada como "Preocupación Menor". Sin embargo, su estatus de endemismo y su dependencia de hábitats específicos de alta montaña lo hacen sensible a los impactos del cambio climático (que afecta la distribución de la vegetación y la disponibilidad de insectos) y las variaciones de su hábitat por actividades humanas como la minería o el turismo no regulado. Su estudio contribuye al conocimiento de la biodiversidad de los Andes chilenos y a la implementación de estrategias de conservación para este ecosistema único.